miércoles, 7 de noviembre de 2012

Identidad y patrimonio, construcción cultural

Identidad y patrimonio, construcción cultural
Para acercarnos a una idea de identidad, debemos reconocer conceptos relacionados, afines y complementarios, pero que sin embargo revisten cargas culturales y linguisticas que debemos permear, aun asi también hacemos la advertencia respecto de la casi infinita búsqueda de un concepto de cultura.
Primero, el patrimonio cultural1 2 es la herencia cultural propia del pasado de una comunidad, con la que ésta vive en la actualidad y que transmite a las generaciones presentes y futuras.3
La historiografía es el registro escrito de la historia, la memoria fijada por la propia humanidad con la escritura de su propio pasado.
La Identidad cultural es el conjunto de valores, orgullos, tradiciones, símbolos, creencias y modos de comportamiento que funcionan como elementos dentro de un grupo social y que actúan para que los individuos que lo forman puedan fundamentar su sentimiento de pertenencia que hacen parte a la diversidad al interior de las mismas en respuesta a los intereses, códigos, normas y rituales que comparten dichos grupos dentro de la cultura dominante. La construcción de identidades es “un fenómeno que surge de la dialéctica entre el individuo y la sociedad” (Berger y Luckman, 1988: 240).
Dicho lo anterior y recordando las charlas sobre identidad realizadas por Armando Cartes y Rodrigo Pincheira, destacamos el llamado a la creación de una identidad local, penquista, de la octava región, y quizá asi lograr la tan anhelada identidad chilena, que muchos ponen en duda o no alcanzan a reconocer.


Pincheira en su análisis del Rock y la cultura musical regional, destaca la poca intervención de quienes son los primeros llamados a la creación de identidad musical, los músicos, sin embargo también se entiende la condición de admiración y de trascendencia del discurso de Ciudad del Rock nacional, o cuna del Rock de músicos de fuera de la zona.
Podriamos entonces, y  solo a modo de ejemplo usar la idea de cultura de la etólogia, donde, algunos etólogos han hablado de "cultura" para referirse a costumbres, actividades o comportamientos transmitidas de una generación a otra en grupos de animales por imitación consciente de dichos comportamientos.
Asi la transmicion del los ritmos y liricas presentes en la música penquista podrían constituir un discurso local, reconocible y digno de imitar. Pero Pincheira nos dice en su análisis que la tarea esta incompleta y que no se reconoce otro discurso mas que el de “cuna del Rock”, entonces el llamado es a construir, generar, edificar y creer en un discurso cultural, patrimonial, identitario cargado de reconocimiento a lo generado a la fecha, digno de ser compartido y apropiado por las nuevas generaciones.
Armando Cartes, rescata la historicidad no contada, la historia soterrada y olvidada de la región del Bio Bio, y al igual que pincheira hace un llamado directo y ampliado a las nuevas generaciones para que estas sean capaces de crear y creer una identidad local, que forme parte de una cultura del revelar y mostrar lo que se tiene y como se han llevado a cabo los procesos dentro del territorio, que dicho sea de paso es la segunda región en importancia en el país, es la mas poblada luego de la región metropolitana, pero que no quiere seguir siendo la segunda a pesar de haber sido punta de lanza de la colonización y frontera del territorio hispánico y originario
De lo ultimo es que quizá la tarea identitaria nunca sea completa. La cultura es un constructo social y por ente se contruye en base a la memoria y el discurso que prevalezca en las personas.
Aun asi, ejemplos de recopiladores populares como Violeta Parra, nos devuelven el sentido a la construcción desde abajo de un discurso, entendiendo que si no se hace se pierde, de una narrativa identitaria, que nos llene de sentido, que nos haga mas rico el pertenecer a Concepción, a la ultima frontera, a la octava región, mas alla de solo querer el lugar donde vivimos porque lo conocemos, el llamado siempre será a RECONOCER donde vivimos.
Finalmente diremos que la labor de rescribir, de reconocer y de hacer extensiva la identidad local, no debe recaer en los no-locales que identifican características en nosotros y nuestra región. Debemos poder ser capaces de generar una identidad, un patrimonio cultural y por que no, una cultura local que se reconozca a si misma y que no cometa el recurrente error de comparar con el de al lado. El desafio entonces es alejarnos de la imitación y poder siempre acercarnos a la creación con imaginación y sentido.
hgf

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