Para acercarnos a una idea de
identidad, debemos reconocer conceptos relacionados, afines y complementarios,
pero que sin embargo revisten cargas culturales y linguisticas que debemos
permear, aun asi también hacemos la advertencia respecto de la casi infinita búsqueda
de un concepto de cultura.
Primero, el patrimonio cultural1
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es la herencia cultural propia del pasado de una comunidad, con la que ésta
vive en la actualidad y que transmite a las generaciones presentes y futuras.3
La historiografía es el registro escrito de la historia, la memoria fijada por la propia humanidad
con la escritura
de su propio pasado.
La Identidad cultural es el
conjunto de valores, orgullos, tradiciones, símbolos, creencias y modos de
comportamiento que funcionan como elementos dentro de un grupo social y que
actúan para que los individuos que lo forman puedan fundamentar su sentimiento
de pertenencia que hacen parte a la diversidad al interior de las mismas en
respuesta a los intereses, códigos, normas y rituales que comparten dichos
grupos dentro de la cultura dominante. La construcción de identidades es “un
fenómeno que surge de la dialéctica entre el individuo y la sociedad” (Berger y
Luckman, 1988: 240).
Dicho lo anterior y recordando las
charlas sobre identidad realizadas por Armando Cartes y Rodrigo Pincheira,
destacamos el llamado a la creación de una identidad local, penquista, de la
octava región, y quizá asi lograr la tan anhelada identidad chilena, que muchos
ponen en duda o no alcanzan a reconocer.
Pincheira en su análisis del Rock y
la cultura musical regional, destaca la poca intervención de quienes son los
primeros llamados a la creación de identidad musical, los músicos, sin embargo también
se entiende la condición de admiración y de trascendencia del discurso de
Ciudad del Rock nacional, o cuna del Rock de músicos de fuera de la zona.
Podriamos entonces, y solo a modo de ejemplo usar la idea de cultura
de la etólogia, donde, algunos etólogos
han hablado de "cultura" para referirse a costumbres, actividades o
comportamientos transmitidas de una generación a otra en grupos de animales por
imitación consciente de dichos comportamientos.
Asi la transmicion del los ritmos y
liricas presentes en la música penquista podrían constituir un discurso local,
reconocible y digno de imitar. Pero Pincheira nos dice en su análisis que la
tarea esta incompleta y que no se reconoce otro discurso mas que el de “cuna
del Rock”, entonces el llamado es a construir, generar, edificar y creer en un
discurso cultural, patrimonial, identitario cargado de reconocimiento a lo
generado a la fecha, digno de ser compartido y apropiado por las nuevas
generaciones.
Armando Cartes, rescata la
historicidad no contada, la historia soterrada y olvidada de la región del Bio
Bio, y al igual que pincheira hace un llamado directo y ampliado a las nuevas
generaciones para que estas sean capaces de crear y creer una identidad local,
que forme parte de una cultura del revelar y mostrar lo que se tiene y como se
han llevado a cabo los procesos dentro del territorio, que dicho sea de paso es
la segunda región en importancia en el país, es la mas poblada luego de la región
metropolitana, pero que no quiere seguir siendo la segunda a pesar de haber
sido punta de lanza de la colonización y frontera del territorio hispánico y
originario
De lo ultimo es que quizá la tarea
identitaria nunca sea completa. La cultura es un constructo social y por ente
se contruye en base a la memoria y el discurso que prevalezca en las personas.
Aun asi, ejemplos de recopiladores populares
como Violeta Parra, nos devuelven el sentido a la construcción desde abajo de un
discurso, entendiendo que si no se hace se pierde, de una narrativa
identitaria, que nos llene de sentido, que nos haga mas rico el pertenecer a
Concepción, a la ultima frontera, a la octava región, mas alla de solo querer
el lugar donde vivimos porque lo conocemos, el llamado siempre será a RECONOCER
donde vivimos.
Finalmente diremos que la labor de rescribir,
de reconocer y de hacer extensiva la identidad local, no debe recaer en los
no-locales que identifican características en nosotros y nuestra región. Debemos
poder ser capaces de generar una identidad, un patrimonio cultural y por que
no, una cultura local que se reconozca a si misma y que no cometa el recurrente
error de comparar con el de al lado. El desafio entonces es alejarnos de la imitación
y poder siempre acercarnos a la creación con imaginación y sentido.
hgf